Hollywood paga impuestos
Se dice que en Hollywood el dinero manda y es cierto, más allá de que las películas recaudan miles de millones de dólares, los estudios aprovechan ciertas zonas grises del negocio y emplean diversas estrategias de contabilidad para ganar más dinero y en algunos casos evitar pagos correspondientes.
Para que una productora de cine gane mucho dinero debe ser más creativa con los números que con los guiones las maniobras que utilizan los estudios para manipular las cifras a su conveniencia se conoce como Hollywood accounting, que se centra en movimientos precisos de contabilidad donde pueden presentar estadísticas "retocadas" de los porcentaje de las cifras recaudadas en la taquilla.
Imaginen que son una gran productora y acaban de cerrar un trato con un actor que no solo les costó una fortuna por el salario de su trabajo sino que además exigió un porcentaje de las ganancias de la taquilla, que tristeza para el actor que la película no genere ninguna ganancia, ahora qué tal si genere dinero pero a través de distintas herramientas financieras, en los números de la productora aparezca que la película no hizo dinero.
Muchas personas creerían que esta práctica sería ilegal o por lo menos debería ser prohibido. Y si, está prohibido dibujar los números en una compañía, pero como dije al principio los verdaderos creativos en el cine son los contadores, cuando se busca evitar pagar regalías en una película los costos de un estreno se inflan a propósito y como resultado un super éxito de taquilla puede figurar en números rojos como si hubiera sido un fracaso, y al no haber ganancias no ha dinero para generar los pagos.
Uno de los primeros en desafiar a la industria fue Warren Beatty quien protagonizo y produjo Bonnie and Clyde en 1967 su salario fue de doscientos mil dólares pero su labor como principal impulsor de la cinta le permitió recibir el 40% de las ganancias brutas en taquilla, Warner Bros acepto el pedido y cuando la película llego a los cines recuperando el capital inicial de dos millones y medios y además la película recaudo 70 millones y con los años Beatty termino ganando con Bonnie and Clyde uno 150 millones.
Paramount argumento que se había gastado tanto dinero en la distribución que no había quedado excedente para las regalías, entonces Groom no pudo recibir su parte de las ganancias pero lejos de amedrentarse llevo el caso a la justicia, allí se fijaron que el balance de Paramount era legítimo y que el escritor había pasado un detalle crucial, en vez de negociar por un porcentajes de ganancias del films, debió hacerlo por un porcentaje de ganancias directas de la taquilla de hecho el protagonista Tom Hanks había acordado de esta manera y por eso recibió unas ganancias de 40 millones.
Como maquillan las compañías estas pérdidas, la táctica más fácil es crear pagos de ejecutivos de la nada, y otra practica muy utilizada es la creación de una compañía subsidiaria esta empresa toma el rol del área de marketing y distribución de la empresa principal y cobra sumas de tamaño estratosférico por su trabajo. En el caso de Forrest Gump, Paramount puede argumentar que esta empresa le cobro los 678 millones de ganancias para los trabajos de marketing y hasta mostrar estos recibos en una corte, pero las dos compañías son la misma y todo ese dinero se termina concentrando en los mismos ejecutivos.
Paramount ya había estado en el ojo del huracán por estas prácticas en el proyecto de un Príncipe en Nueva York, todo ocurrió en 1982 cuando Art Buchwald firmó un contrato con la compañía para realizar una película que lanzara la carrera de Eddie Murphy en el contrato figuraba que Buchwald solo cobraría las regalías del film una vez que esta generara ganancias, después de esto la idea de la película se archivó por varios años hasta que en 1988 se estrenó un Príncipe en Nueva York pero en los créditos Art no salía como guionista de la cinta siento la idea que el presento en 1982 muy parecida al resultado final.
De todas manera Art exigió el pago por las regalías y Paramount para sorpresa de nadie dijo que la gran mayoría de las ganancias se habían ido a cubrir gastos de distribución y marketing, lo cual parecía una broma ya que la película genero ocho veces más el capital invertido convirtiéndose en un éxito absoluto, lo que provocó que Art demandara a Paramount y que también ganara ese caso recibiendo una indemnización de novecientos mil dólares. Y esto es apenas la punta del iceberg algo parecido le paso al guionista Ed Solomon de Hombres de negro donde Paramount también le comunico que la película genero muchas perdidas como para darle un porcentaje de la taquilla.
Y no solo a guionistas, también actores como Silvestre Stallone en el Demoledor donde el actor acordó un 15% si la película recaudaba más de 125 millones, al final la película llegó a los 159 millones y Stallone recibió dinero hasta 1997 y para el 2014 el actor se volvió a contactar con Warner pero el estudio le comunico que los costes del film eran demasiados y que ya no se le debía más dinero, pero al final todo se solucionó con un acuerdo a puerta cerrada.
Peor fue el caso del director Peter Jackson que con la trilogía del Señor de los anillos donde se alcanzó la cifra de tres mil millones de dólares de los cuales Jackson no recibió nada.
Así que si creían que las únicas estrellas de Hollywood son aquellas que sonríen en las pantallas, prestan más atención las verdaderas divas del cine no desfilan en la alfombra roja, sino que deslumbran con sus maletines en los grandes estudios contables de Los Ángeles.
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